En la actualidad son muchas las investigaciones que avalan la importancia de las competencias emocionales en los responsables de equipos
Hoy sabemos que un buen líder no es un mero gestor de tareas y papeles sino que además debe invertir gran parte de su tiempo en la atención a las relaciones interpersonales con los miembros que forman su equipo. Tiempo para potenciar la participación de todos los trabajadores en la creación de nuevas ideas, tiempo para escuchar, para motivar y, muy especialmente, para crear ambientes de trabajo saludables, donde la colaboración entre compañeros es una máxima.
Se sabe que los equipos de trabajo altamente productivo no dependen exclusivamente de los conocimientos de las personas que lo forman, sino de las relaciones que se han creado entre ellos, donde el reconocimiento de un trabajo bien hecho es un potente motor para seguir trabajando.
Cuidar a nuestro personal, no es sólo bueno, es necesario para seguir alcanzando objetivos y poder avanzar al ritmo que marcan nuestros clientes
Un equipo no sólo lo forma su líder, sino cada uno de los miembros que lo integran, por lo tanto conocer sus opiniones, preguntarles por cómo lo harían ellos, qué cambiarían,… es una fuente inagotable de ideas, propuestas, cambios,…. Pero esto no tiene por qué surgir de forma natural, es tarea del líder saber provocar, motivar,… la participación activa de su personal, valorando sus ideas, desarrollándolas, activando conductas proactivas, reforzando las iniciativas.
Todo equipo necesita un líder que tenga claro el rumbo a seguir pero que también sea valorado y respetado por todos. Esto último no lo da el puesto sino la actitud y la forma en la que nos relacionamos, nuestro nivel de compromiso para con los demás, nuestra empatía, nuestra capacidad para resolver problemas y conflictos rápidamente, en definitiva: COMPETENCIAS EMOCIONALES
Josune Fernández
Docente en Fondo Formación Euskadi
