Cuando nos quedamos sin trabajo, debemos afrontar un proceso que en muchas ocasiones se hace muy duro. Duro porque el trabajo forma parte de nuestra vida, y otros muchos aspectos giran en torno a él (familia, economía familiar, amistades, rutinas,…). Puede darse una desorientación que va a dificultar el cómo o dónde buscamos trabajo, y el no conocer unas herramientas y recursos básicos pueden desembocar en una incorrecta búsqueda de empleo y frustración por no conseguirlo.
Desde el servicio de Orientación pretendemos dotar a las personas que acuden, de una in-formación básica hacia el empleo, evitando que afronte esta búsqueda en solitario. Elaboraremos el Curriculum Vitae, veremos los recursos a nuestra disposición (Lanbide, Portales de empleo,…), prepararemos entrevistas de trabajo, y toda acción que creamos que puede facilitar la inserción.
La orientación no es un espacio estanco en el que la gente llega con sus papeles se arreglan y listo. Muchas veces se crea tal clima de confianza en donde la orientación llega a pasar a un segundo plano, posibilitando un trato más cercano que permite sostener, apoyar, guiar…
Las personas tienen que ser autosuficientes y desarrollar herramientas y habilidades que les sirvan, no vale con que tú, como profesional de la orientación, se las des. Hay que remover, remover conocimientos, remover ganas de aprender, remover miedos y limitaciones, desaprender para volver a aprender.
El otro día entré en una tienda de ropa del centro de Bilbao y se me acercó una chica a saludarme, …. ¡socorro! ¿De qué la conozco? Del trabajo, de mi pueblo, del cole de mis hijas? Era una chica con la que hice orientación individual y participó en una grupal de búsqueda de empleo. Tras las sesiones con nosotras en el servicio de orientación modificó su Curriculum, interiorizó respuestas en una entrevista, utilizó las redes sociales,…. Resultado? Ha encontrado un empleo en su ámbito, es un contrato temporal, pero es un empleo.
Un empleo que le motiva, le gusta y le hace sentir mejor. A veces no todo la gente tiene su «suerte», pero la «suerte» no llega sola, hay que salir a buscarla. Los servicios de orientación pueden ayudarnos a buscar esa suerte, porque nos intentan poner en el camino adecuado, tratando de personalizar el proceso de orientación lo máximo posible a cada caso lo que hace que aumenten las oportunidades. Cuando vuelva a esa tienda de ropa, la buscaré. Seguro que sigue, porque la ilusión, la motivación, el trabajo bien hecho, debiera de ser recompensado.
Encontrar un empleo a veces no es tan rápido como nos gustaría, a veces tarda en llegar, pero mientras esto pasa, como orientadora yo me veo recompensada por un «Gracias», un «Me has ayudado muchísimo», o una simple sonrisa agradecida. Como orientadora siempre agradecer a las personas usuarias que confíen en nuestro servicio su búsqueda de empleo, que nos confíen sus miedos y temores, y que nos confíen sus esperanzas y proyectos de vida.
Maider Abadia Zamakona
Orientadora Laboral de Fondo Formación Euskadi
