13Oct

Guión de vida: ¿Quién es usted?

colaboracionAl inicio de la película: «Diario de un ejecutivo agresivo», el actor John Cleese aparece realizando lo que sería una presentación de un seminario de autoconocimiento personal, al estilo de un viejo profesor. Entre los asistentes a esa actividad se encuentra Ben Affleck, que hace el papel de un ejecutivo.

La sesión se inicia escribiendo en una pizarra la frase: Who are you? (¿Quiénes son ustedes?) y después escribe debajo: Who am I? (¿Quién soy yo?). Dirigiéndose a los/as asistentes les dice: «hasta la semana que viene», y se marcha. Así arranca una película que da muchas pistas sobre: ¿Cuál es su guión de vida?
Un «guión» es un plan sobre la propia vida, que está hecho con las imágenes que nos reflejan los demás, siendo en la infancia donde vamos confirmando las primeras conclusiones sobre nuestra identidad. Estas llamadas «conclusiones prematuras», son las que irán confirmando nuestro guión de vida.
El Análisis Transacccional puede ofrecernos una buena base sobre la que asentar los primeros pasos para entender la manera en la que las personas actuamos, desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte.

No es casualidad que haya escogido la palabra «actuamos», ya que desde que nos sentamos en un teatro o cine (nacemos), hasta que nos retiramos tristes, alegres, indiferentes, sorprendidos, frustrados, etc. por la obra que vimos (morimos), hemos atravesado varias escenas que van desde la presentación de los personajes y los comienzos de un conflicto hasta el nudo central de la trama, a la que podemos definir con palabras tales como cuestión, fondo, texto, asunto, tema, idea, motivo… las que no están exentas de un enredo, malentendido, intriga y que termina, indefectiblemente, en una conclusión.
Al igual que los actores en una obra de teatro o película, nosotros seguimos en nuestro funcionar y comportarnos diario, las líneas generales (y a veces de forma muy específica), de un plan concebido, aunque no en forma consciente por nuestros padres y madres y/o figuras sustitutas ayudados por una serie de co-guionistas (abuelos/as, primos/as, tios/as amigos/as, profesores/as, etc.).
Nuestro argumento de vida debe de estar en consonancia, por fuerza, en relación, a los argumentos del resto de la familia. Es decir, ocupamos «nuestro sitio» en la familia, un lugar específico, que estaba vacante, no importando si nos gusta o no. La trama que nos toca representar debe ajustarse, de alguna manera, a la del resto de los actores (miembros de la familia) de lo contrario tendremos serios problemas.
Presten atención y recuerden esos momentos en los que usted se ha comportado de una forma «distinta de la habitual» o ha tratado de tener «otra identidad» de la que se espera de usted: ¿no le ha traído problemas? ¿No se ha sentido presionado/a a volver al comportamiento esperado?. En las obras de teatro, cuando los actores «se salen del guión» y meten alguna frase de su cosecha, rara es la vez en la que no son llamados «al orden», para volver a la senda preestablecida en la que no caben «aportaciones personales» y hay que seguir el guión establecido.
Quizá alguno/a de ustedes pueda pensar que lo dicho hasta aquí es un poco exagerado y que uno tiene en la vida más libertad de funcionamiento y de «hacer su propio camino y guión». Pruebe a intentarlo y verá la sorpresa que se lleva. No obvie, en ningún momento, que al cambiar, usted también obliga a los demás a cambiar respecto de usted. Cuando se pregunte a sí mismo/a: ¿Quién soy yo?, tenga presente si usted es usted o usted es quien otras personas dicen que es usted (desenmarañar este trabalenguas es vital).
Una vez que el guión ha sido aprendido por nosotros y reforzado por castigos, alabanzas, caricias, malas caras, ejemplos y contraejemplos, vamos a tener una dirección en la vida a la que consideraremos como la única verdad posible.
¿Entonces, no hay salida? ¿No podemos reescribir nuestro propio guión de vida? Pues depende. Para cambiar algo, primero hay que poder reconocerlo, después aceptarlo y desde ahí avanzar en «reescribir» las escenas, vivencias, sentimientos… Tareas estas nada fáciles porque, no se crea, los demás no van a estar muy por la labor de facilitárselo. Eso en el caso de que no sea usted mismo quien lo boicotee, bajo aquella frase de: «más vale malo conocido que bueno por conocer» o «virgencita, virgencita que me quede como estoy».

Empezado el cambio, usted debe entender y aceptar que aparecerán emociones desagradables como consecuencia del pasaje de un estado indeseado a uno deseado: confusión y desorientación, cuando confronte las nuevas creencias con las viejas; culpa, por abandonar reprimidos esquemas de familia, lo cual se vive como una traición a LA FAMILIA; angustia, por encaminarse hacia una nueva forma de ver la realidad lo que implica contar con recursos nuevos que, aún, no posee y que posiblemente tenga que buscar en otros sitios en los que antes buscaba las respuestas. Tendrá emociones desagradables pero positivas, eso le indicará que esta inmerso/a en un proceso de cambio.
En el proceso de cambio, estos no se van a desarrollar forma lineal. No se pasa de A a B en forma directa. Es importante que la persona en proceso de cambio de su guión recuerde el desactualizado funcionamiento que llevaba. Si no lo recuerda va a repetir viejas pautas de conducta que le producirán estados de infelicidad. En estos casos creerá que el cambio no es posible y sufrirá momentos de desánimo que lo llevará a cuestionar todo lo que está haciendo como si nada sirviera (guión de vida).

 

No se lo va a creer, pero es que las viejas pautas de conducta, simplemente por una cuestión de antigüedad, se imponen como queriendo sobresalir sobre las nuevas, las cuales se están aprendiendo y aún están a «medio incorporar».
Volviendo a la película a la que hacia referencia al principio de este artículo, en ella se dice, que «hay puertas que conviene abrir, cajas en las que hace tiempo que nadie rebuscaba a fondo». Abrirnos a nuestros argumentos de vida, rebuscar en nuestras creencias y formas de funcionar. Permitirnos revelar-desvelar y desechar todo aquello que ya no nos sirve o que queremos quitar de en medio para poder seguir avanzando. Hay muchas formas de hacerlo y desde aquí te animo a decantarte por alguna de ellas.
Permitirnos vislumbrar otras maneras de ser y hacer, más reales con nosotros mismos/as, más positivas, con sentido… ¿que otra cosa mejor podemos hacer?
Aún nos queda tanto por aprender….
Por ahora, dejaré aquí el tema del guión de vida. Pero permítanme que les haga una última invitación:

Coloquen la película: «Diario de un ejecutivo agresivo» en su aparato reproductor de películas. Siéntense cómodamente frente a la pantalla y dispóngase a pasar 01:34:14 de su tiempo a bucear en su guión de vida, utilizando la película como guía-espejo.

Recomiéndesela a otras personas.
NO SE ARREPENTIRÁ.

Jose Morgado Nisa
Sociólogo, Formador especializado en Liderazgo y Desarrollo de Personas
Coach Profesional Certificado ICS (International Coaching School)

Etiquetas: actualidad, aprendizaje, Competencias, Formación, personas

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