21Jul

¿Entrar a trabajar cuando Dios manda y salir de trabajar cuando Dios quiere?

relojActualmente tenemos la sensación de que no tenemos tiempo, tiempo para disfrutar, tiempo para estar con nuestras personas, tiempo para terminar nuestro trabajo dedicándole el tiempo que es necesario para hacerlo bien…Vivimos corriendo aún cuando estamos disfrutando de nuestro tiempo libre porque además del tiempo hemos perdido la capacidad de disfrutar.

Gestionar el tiempo, flexibilidad horaria, presentismo, absentismo… son términos que estamos acostumbrados a escuchar en nuestras organizaciones pero qué es realmente lo que está pasando si somos todos/as sinceras.

La realidad es que en España trabajamos 232 horas más que la media europea pero producimos menos, estamos retrasados diariamente 2 horas con relación a nuestros vecinos europeos desde que comienza la mañana hasta que finaliza el día pero cuando se trata de decidir si adelantar los horarios de los informativos, la respuesta de las cadenas es no.

En las organizaciones sucede, que muchas veces, la gestión del tiempo no se realiza porque no sabemos establecer prioridades, y porque para sobrevivir tenemos que adaptarnos a nuestros clientes teniendo en cuenta que con uno «hay que comer», a otro «le recibimos pronto» y otro «sólo puede reunirse con nosotros/as a partir de las 19h».

Muchos de las cosas que nos llevan a salir tarde de nuestro puesto de trabajo están detrás de nuestros comportamientos: el fenómeno del ausentismo (presencias que no están), el activismo (hacer muchas cosas pero de forma poco eficiente), no tomarnos un tiempo por la mañana para organizar nuestra agenda, no ser capaces de que los ladrones del tiempo no nos asalten…y otras muchas que por cultura o comportamientos arraigados en las organizaciones caen en cascada sobre todos/as nosotros/as sin dejarnos ser capaces de ser dueños/as de nuestro tiempo.

Sinceramente, creo que si todos/as tuviéramos un orden y una disciplina, podríamos gestionar mejor nuestro tiempo y muchas de nuestras conductas serían imitadas por el resto.

Y como no hay un modelo de flexibilidad horaria, por eso he puesto un reloj sin manillas. Cada organización haciendo un análisis de sus clientes, el sector, sus malas costumbres…debe ser capaz de establecer sus propias manillas. Sabiendo de antemano que se necesita madurez y corresponsabilidad y buenas dosis de generosidad. Generosidad porque habrá en departamentos que por causas del servicio no se podrán implantar una serie de medidas. Madurez porque muchas de las expectativas creadas en la mente de cada uno/a no se cumplirán y corresponsabilidad porque es sin duda ganar-ganar pero sabiendo que todos/as debemos aportar.

De esta manera, podremos disfrutar de uno de los pocos elementos democráticos para todos/as: el tiempo.

Etiquetas: Gestión del tiempo, personas, trabajadores/as

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *