Desarrollo de personas, «un must have» para las organizaciones

Muchas empresas todavía se aferran a la creencia de que la capacitación de los trabajadores es costosa y que se realiza a costa de un valioso tiempo que bien podría dedicarse a la productividad. Sin embargo, cada vez más empresas comienzan a comprender no sólo el valor práctico de la formación de sus empleados, sino también el impulso que pueden aportar a la consolidación del equipo, aumentando los niveles de satisfacción profesional y la productividad general. La formación puede ser una manera de conseguir la lealtad y fidelidad de los trabajadores y en consecuencia, aumentar la productividad. Los empleados leales son más comprometidos y los empleados comprometidos son más productivos.

La capacitación de los trabajadores representa un aspecto vital de gestión que requiere de una correcta planificación y que puede apoyar a la configuración del futuro de la organización. En muchos casos, se tiende a descuidar esta necesidad de las empresas, obteniendo como resultado la pérdida de grandes talentos. Recientemente la revista Harvard Business Review ha publicado un estudio relacionado con este asunto: Why Top Young Managers Are in a Nonstop Job Hunt. Después de analizar los resultados de entrevistas realizadas sobre una base de datos internacional de más de 1.200 participantes, se llega a la conclusión de que gran parte de los participantes dicen no haber recibido el desarrollo profesional adecuado. A pesar de que valoran las oportunidades y el aumento de responsabilidad, consideran que no se ha trabajado el desarrollo formal como la formación, tutoría y coaching, algo que valoran en gran medida.

Las personas con talento, por naturaleza sienten la necesidad de avanzar y desarrollarse, por ello aprecian el apoyo por parte de las organizaciones en el proceso de adquisición y desarrollo de habilidades y competencias. Valoran la orientación y tutorización necesaria para avanzar en sus carreras profesionales, ganar versatilidad y ser más valiosos para su organización.

Hoy en día todas las empresas deberían ofrecer un programa formativo práctico, realista y adaptado a los objetivos de cada trabajador y de la propia empresa. La formación de los trabajadores da a las organizaciones la oportunidad de mostrar interés en el talento y el éxito de cada persona.

La planificación del desarrollo de personas no debe ser un mero trámite, pero tampoco debe convertirse en un proceso complicado y costoso. Simplemente debe de ser una cuestión de buenos gestores que inviertan tiempo en el análisis y conocimiento de las personas para guiarles, potenciar sus capacidades y contrarrestar sus puntos débiles. Si se hace bien, la recompensa para las organizaciones puede ser considerable en términos de lealtad y productividad.

María Almela Legorburu
Marketing y Comercial en Fondo Formación Euskadi